Calton Hill es una colina situada en el centro de la ciudad de Edimburgo, muy cerca de Princess Street. Para acceder a ella hay que subir unos tramos de escaleras custodiadas por fieros leones que están perfectamente pavimentadas, así que es recomendable para todo tipo de viajeros, sin importar la edad o la condición física. Al llegar arriba, además de ver una extensión importante de hierba verde y un montón de árboles con bancos para descansar desperdigados, nuestros ojos se detienen a contemplar los seis monumentos que están en la cima de Calton Hill.
– ¿Estoy en Grecia o en Edimburgo? Muchos de nosotros pensamos eso cuando vemos por primera vez el «Monumento Nacional de Esocia». Efectivamente, fue diseñado a partir del Partenon ateniense pero desafortunadamente los fondos no fueron suficientes y tres años después de iniciar su construcción, fue dejado incompleto. Se trata de un monumento que recuerda a los soldados y marineros escoceses que murieron en las guerras napoleónicas.
– El Observatorio Astronomico, que distinguiremos por su cúpula de color verde y su arquitectura frontal de estilo griego también.
– El Monumento a los Mártires Políticos. Se trata de un obelisco que honra la memoria de cinco hombres ingleses y escoceses que emprendieron una reforma parlamentaria bastante liberal a mediados del siglo XIX y por ello fueron perseguidos.
– El Monumento al poeta escocés Robert Burns.
– El Monumento a Horacio Nelson. Se trata de un edificio con forma de telescopio que conmemora el triunfo de Nelson en la batalla de Trafalgar (sobre los españoles y franceses). Dada su altura de 32 metros, es el que más visibilidad tiene desde otros puntos de la ciudad y por supuesto que se puede subir a él a disfrutar de las vistas. Como curiosidad os contaré que a pesar de que ganaron la batalla, Nelson murió en ella convirtiéndose en un héroe en su país. Si tenéis oportunidad de visitarlo a la 1 del mediodía veréis que en su cima hay una gran bola de metal que pesa casi ochocientos hilos y que a la una en punto desaparece. Este era un mecanismo que utilizaban para que los barcos supieran la hora a la que tenían que salir a navegar y que fue sustituido por el cañón que dispara desde el castillo a esa misma hora ya que la bola en los frecuentes días de niebla de Edimburgo, era difícil de divisar desde Leith.
– El Monumento al profesor Dugald Stuart se ha convertido en todo un símbolo de la ciudad y casi todos los turistas fotografían la puesta de sol con este monumento a contraluz. Inspirado también en la arquitectura de Grecia, igual que el monumento nacional de Escocia, es un memorial al filósofo escocés Dugald Stewart, que fue profesor de la Universidad de Edimburgo donde enseñaba ética.
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