Aprovechando un día fantástico en Edimburgo, hace unas semanas, nos pusimos las zapatillas de hacer deporte y nos fuimos a Corstorphine Hill. Se trata de una de las siete colinas sobre las que Edimburgo fue fundada y es especialmente interesante para nosotros porque es la que más cerca de casa tenemos.

Toda la colina está cubierta por un bosque frondoso, lleno de árboles y de vegetación variada, donde pudimos escuchar a los pájaros y ver un montón de setas y hongos diferentes creciendo en algunos rincones. Afortunadamente, la colina mide 161 metros de altura así que no tiene mucho desnivel: sólo nos encontramos con dos o tres subidas pronunciadas. Hay que prestar atención, eso sí, al suelo, ya que en algunos lugares era resbaladizo por la tierra mojada y las hojas otoñales.

Multitud de locales paseaban igual que nosotros por la colina, algunos acompañados de sus perros. Y fueron lo suficientemente amables como para hacernos el favor de sacarnos una fotos juntos.
Tras algo más de una hora de caminata, llegamos a la cima, donde nos encontramos con una torre de piedra de veinte metros de altura que en realidad es un memorial a Sir Walter Scott (escritor escocés que es el autor de un montón de novelas como «Ivanhoe»). Cuando nosotros fuimos la torre estaba cerrada pero se puede visitar cualquier domingo entre mayo y septiembre, de 14 a 16 horas. Dicen que ofrece unas vistas fantásticas que merecen la pena. Nosotros desafortunadamente tendremos que esperar a mayo!





Hola
Pues escribo un blog turístico de mi pueblo, SAN PEDRO TLAQUEPAQUE en Jalisco México, y sigo desde hoy su blog, espero nos visiten pronto y queden maravillados con este sitio, mientras tanto yo me maravillo con los que muestran ustedes.
La última foto se parece mucho a una de las que sacamos en Japón andando por una senda.