Comer en Praga no es excesivamente caro (en comparación con Madrid y ciudades similares). Incluso en los lugares más céntricos y turísticos de la ciudad de las cien torres pudimos comer por unos 12 ó 15 euros por persona pidiendo de la carta lo que más nos apetecía en cada momento. Algunos platos que son interesantes para probar de la cocina checa son los siguientes:
– Cerveza checa: incluso las que puedes encontrar en un supermercado tienen aspecto artesanal y es que en este país hay más de sesenta fábricas de cerveza. Suelen tener un sabor intenso a cebada y con bastantes grados alcohólicos. La más famosa es sin duda la Pilsner Urquell (más conocida por su nombre checo como Plzensky Prazdroj), aunque es aconsejable atreverse con cualquiera que tenga más de 10º de alcohol. Este tipo de cerveza no es fácil de encontrar y su sabor es bastante peculiar. Como regla general, cerne pivo es cerveza negra y svetle pivo es cerveza rubia.
– El Bramboráky es una especie de crepe gordito elaborado con patatas y frito. Se suele servir como un entrante pero yo lo tomé un par de veces como acompañamiento de ensalada. Recuerda un poco al rösti de Suiza.
– El Smažený sýr es otro entrante bastante popular que se puede comer como plato principal si se acompaña de alguna guarnición. Se trata de una especie de queso empanado y de nuevo, frito en abundante aceite caliente.
– La carne de cerdo está siempre presente en la cocina checa, siendo famosos sus codillos de cerdo, que son grandes y con la piel exterior crujiente. Evidentemente ni Arol ni yo probamos este plato, pero nuestros amigos sí lo hicieron y les gustó mucho. También hay variedad de salchichas y por supuesto, el gulaš, que es un estofado de carne de cerdo.
– Para tomar de postre, no podemos dejar de mencionar los riquísimos strudel de manzana, que se sirven calientes y por supuesto el trdelnik, un pastel que se vende en muchos puestos callejeros. Es una masa hecha con harina, leche, mantequilla, azúcar y huevo que se enrolla en un cilindro de hierro que gira y va cocinando el trdelnik. Una vez está preparado, el cliente elige el recubrimiento, que se pone sobre la masa haciéndola rotar sobre una bandeja llena del ingrediente elegido. Algunas cosas típicas suelen ser azúcar y canela, almendras, coco, etc.
Mi opinión personal es que Praga no es un destino muy atractivo gastronómicamente hablando para personas que disfruten con las frutas y la verduras frescas ni para aquellos que elijan como estilo de vida el vegetarismo o veganismo, ya que la mayor parte de sus recetas tradicionales incluyen carne y es posible encontrar información interesante en esta web. No obstante, nosotros no tuvimos mucho problema durante nuestra estancia en la ciudad: los restaurantes enseguida adaptaban los platos de sus cartas para servirlos sin productos animales y había siempre un par de ensaladas que podíamos pedir sin preocuparnos.
No hay cosa que más me guste que comer en puestos callejeros. Es una pena que en España esté tan restringido a fiestas populares.
Recuerdo el goulasse, y lo recuerdo relamiéndome… para mí es lo mejor de Praga además de sus bonitas calles. Y desde luego no se cómo estará ahora, pero recuerdo que era bastante barato comer en los restaurantes.
Saludos
La comida de la república checa es brutal, además de barato es muy suculenta. Nosotros teníamos desayuno incluido en el hotel, sobre las 14h íbamos a comer y por 10€ nos dejaba satisfechos para todo el día, para cenar fruta y poco mas.
Recomiendo hacer algo de dieta antes de viajar a Praga por que de ahí sales con 2kg de más fácilmente :'(
Hola Víctor!
Me ha gustado lo de adelgazar antes de ir jaja
Un abrazo, viajero