Me encanta viajar en tren.
No creo que esto sea algo nuevo si me llevas leyendo un tiempo. Siempre que puedo viajo en tren por varias razones y todas son importantes para mi.
En el artículo de hoy te quería contar un poco sobre estos motivos para viajar en tren. Tal vez, si no eres habitual de este transporte cambies de parecer o al menos le des una oportunidad.
Así que aquí van mis 10 razones para viajar en tren.
El más ecológico
Está demostrado que de todos los transportes no movidos por la fuerza humana o animal el tren es el que menos contamina el planeta.
Según estudios, un tren eléctrico arroja 14 gramos de CO2 por pasajero por kilómetro. Este dato suelto tal vez no te diga nada hasta que miras que un avión de pasajeros convencional trepa hasta los 285 gramos.
Cómodo
Yo no conozco otro tipo de transporte donde puedas levantarte de tu asiento, caminar un montón, ir al restaurante o la cafetería y cuando quieras volver después de haber estirado las piernas.
En esto también es un medio imbatible
Billetes simples
Voy a ser un poco crítico con las empresas de trenes aquí: los sistemas de reservas no son de lo mejor. A veces es muy frustrante y dan ganas de abandonarlos.
Aquí en Escocia, donde vivo, he aprendido a viajar mucho en tren y la web tampoco es tan buena. Hay varias otras que ofrecen el servicio de reserva online aunque mi preferida es Omio.
No solo me gusta porque puedes comprar billetes de tren de manera fácil (además de buses, vuelos y ferries) sino porque es súper cómodo y te da un código QR que es tu billete.
Una buena forma de comprar billetes sin pasar por las webs de las empresas.
Puedes dormir y viajar
Muchas veces, como en el caso de Finlandia, he ahorrado dinero porque he podido combinar dormir y viajar al mismo tiempo.
En ese caso he cogido un tren desde Rovaniemi, en el Círculo Polar Ártico, hasta Helsinki. Contraté un servicio de viaje en camarote y además de dormir me pude dar una ducha como si estuviera en casa.
Un transporte mindfulness
Si piensas en las razones que te he dado antes verás que es el típico transporte en el que puedes viajar en calma. Eso de lo que siempre hablo, mindfulness mientras viajas, se hace posible aquí.
Caminas, observas el paisaje, te relajas y si escoges un vagón silencioso, también puedes sentarte a meditar sin interrupciones.
Estás en pleno centro
Una de las grandes ventajas es que las estaciones de trenes han sido construidas en el centro de la ciudad hace mucho tiempo. Aunque hay excepciones, si lo piensas la mayoría de las estaciones son muy céntricas o están muy, pero muy bien conectadas con el centro.
Incluso en ciudades muy grandes como Berlín, Londres o París, si sales de la estación no tienes que coger otro transporte para ir al centro.
Menos controles
Aunque por seguridad en las estaciones de trenes hay controles, es mucho menos engorroso que un control en un aeropuerto.
No tienes que preocuparte por el tamaño de los líquidos o si vas con tacones o botas. Tampoco tienes que andar sacando tu ordenador o móvil.
Más directo
La última vez que cogí un avión para hacer un viaje el tiempo del vuelo era de una hora, pero tardé cuatro desde que salí de mi casa, pasé los controles, esperé en la puerta de embarque y viajé desde el aeropuerto al destino final.
En eso creo que el tren también es muy ventajoso.
Más equipaje
Que bonito es cuando puedes pagar por un servicio y no tienes que andar pagando extras para que te dejen llevar un tipo de maleta u otra.
Me ha pasado de llevar mi bicicleta en trayectos largos de tren (a la vuelta de trayectos largos pedaleando) y te das cuenta que eso no sucede en casi ningún otro tipo de transporte.
Así que la próxima vez que subas a un tren recuerda que puedes llevar la cantidad de equipaje que quieras. Con límites, claro… deja la tostadora y la olla express en casa.
Trayectos increíbles
¿Te das cuenta que hay viajes que se han organizado en torno a los trenes?
El Transmongoliano, por ejemplo, es una ruta viajera que existe y ha cobrado fuerza gracias al tren.
O viajar en tren por India o Asia es un tipo de actividad que gira no solo en torno al destino, sino al transporte.
Viajar en tren tiene cosas maravillosas, mágicas y el paso de los años no hace más que mejorarlos en comodidad, seguridad y, por suerte, ser más amistosos con el medio ambiente y el viajero.