Matar a los lagartos comebichitos tiene sus consecuencias. Lo supimos cuando en la mañana contamos las picaduras que Miri coleccionó durante la noche: 17 en total, desde los pies a la cabeza, pero eso no nos impediría disfrutar de un verdadero día de descanso.
Tal como nos lo propusimos esta sería una estadía de relax así que le destinamos más de medio día a hacer largos en la piscina mientras en el resort quemaban pasto para quie nadie pueda respirar, encantadores.
Después de descansar, comer y leer un poco salimos de casa a eso de las 6 de la tarde para caminar hasta el mar, las medusas seguían allí y nosotros sin poder bañarnos así que aprovechamos para ver el atardecer rodeados de palmeras y escuhar las olas golpeando en la costa.
Esta noche no íbamos a pasar lo mismo así que pese a la poca infraestructura instalamos nuestra mosquitera y dormimos como bebés, sin picaduras y fresquitos para prepararnos para nuestro siguiente día en el que abandonaríamos el sur.
Que atardecer más alucinante…espero que Miri no esté molesta con tantas picaduras, poneros la mosquitera para dormir sin falta. Me alegro de esos baños relajantes ya que las macro medusas no han permitido hacerlo en el mar. Quiero ver el anillo de Miri regalo de no-cumpleaños, esos autoregalos molan muchísimo, seguro que no es algo que se pueda encontrar en ninguna tienda de aquí. Un beso y gracias por contarnos cómo va vuestro viajón aunque las conexiones a internet salgan caras.
El mar tenía agua calentita y aun cuando no nos pudimos bañar aprovechamos el atardecer montón
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