Un total de 2.334 kilómetros separan a la pequeña isla de Tristán de Acuña de la localidad poblada más cercana, lo cual la convierte en el sitio poblado más lejano del mundo y le ha valido entrar en el Libro Récord de los Guiness. Pero ¿de qué viven sus habitantes? y ¿dónde está? y sobre todo ¿cómo es la vida en este tan extraño lugar?
En el medio de la isla hay un cartel con dirección a las ciudades más cercanas. Santa Helena está a 2.334 kilómetros, 2778 de Ciudad del Cabo en Sudáfrica y 3.300 de la costa de Sudamérica. Con esas distancias no sólo pudieron acceder al récord mundial, sino que a sus 267 habitantes les hace la vida un tanto atípica.
Lejos de todo
Justo en el medio del Océano Atlántico en una línea casi recta entre Sudáfrica y Sudamérica se levanta la isla que acusa su origen volcánico con un imponente volcán de 2020 metros, el cual hizo erupción por última vez en 1962 obligando a evacuar a todos sus habitantes.
Llegar al lugar no es fácil. Al ser tan pequeña y con tantos acantilados no fue posible jamás construir un aeropuerto allí así que la única forma de llegar es por mar, pero esto tampoco es simple ya que los viajes no son regulares, el turismo es muy escaso y las posibilidades de encontrar un sitio en las pocas embarcaciones que llegan al lugar son como una lotería.
Sólo se puede llegar por barco en un viaje de una semana
El Agulhas SA hace la ruta entre Sudáfrica y la isla cada dos meses llevando contratistas, meteorólogos o isleños. En el barco, con suerte, hay espacio para poco más de una docena de pasajeros (sin contar la tripulación) y siempre, como es obvio, tienen prioridad los habitantes del lugar. “Eso no es un crucero”, dijo Chris Bates quien se pasó 6 días navegando antes de estar tres semanas en la isla. Pero no cualquiera puede visitar el lugar. Para hacerlo es necesario solicitar una autorización oficial, luego de la cual habría que esperar aproximadamente un año hasta poner un pie en el archipiélago.
La vida aislada
«Lo mejor de vivir aquí es la paz y la tranquilidad sin ningún delito» dijo a El Blog de Viajes Dawn Repetto quien lleva toda su vida en la isla. La única cárcel que hay en la isla es tan inútil que la usan como almacen para guardar provisiones.
Brian Gratwicke, un biólogo y ecologista que trabaja para el National Zoological de Smithsonian en Washington dijo a este blog que “lo que más sorprende es lo lejos que está todo”. Gatwicke, quien visitó el lugar el año pasado, contó que fue por vacaciones pero no pudo dejar de estar atentos a la naturaleza del lugar donde «los pájaros no tienen miedo de las personas» y cree que eso se debe al caracter de los pobladores. La distancia y la poca conexión con otros sitios es lo que hace que en el lugar todos se conozcan y sean como una especie de gran familia.
Pero no todo es tan positivo. Para Repetto, quien trabaja en la oficina de turismo asegura que hay algunos hechos negativos como «las instalaciones médicas» ya que carecen de infraestructura en condiciones para atender a las personas si se ponen enfermas. «Por ejemplo, si tu quieres venir aquí desde Europa tienes que coger un vuelo hasta Ciudad del Cabo y desde allí un barco durante una semana», dice quien remarca que esto es «un poco costoso» y que ese es el coste que deben enfrentar los habitantes del lugar.
En la isla sólo hay 8 apellidos: Glass, Swain, Rogers, Green, Hagan, Repetto, Lavarello, y el más reciente Patterson; lo cual otorga un caso único en genética que está siendo investigado por expertos.
Hay 8 apellidos y el 50% de la población tiene asma
La empresa alemana Boehringer Ingelheim pagó 70 millones de dólares en 1995 para “comprar” la patente de los genes de los habitantes de Tristán de Acuña. El interés de esta empresa radica a que el 50% de la población padece asma, un hecho inusual que las farmacéuticas intentan comprender.
El sueldo promedio de los habitantes de la isla es de 225 libras esterlinas (moneda oficial del lugar) mensuales, aunque en realidad necesitan poco ya que no tienen mucho sitio donde gastar. El único supermercado que existe en el lugar está controlado por el ayuntamiento.
Las cosas que compran no son baratas ya que se ven obligados a importar muchas cosas como combustible para hacer funcionar el generador eléctrico, productos básicos que no pueden producir y alcohol. El último registro que se tiene es que se consume, en promedio, un litro de whisky a la semana por persona.
La actividad agrícola y la pesca son casi las únicas que se practican. Los pobladores crían cerdos, ovejas y cabras pero ninguno es propietario de los campos que son administrados de manera colectiva. También hay vacas aunque su producción está regulada por el gobierno ya que deben preservar los pastos de los 98 kilómetros cuadrados de la isla.
Extrañamente los dos motores que movilizan la pequeña economía son las langostas y los sellos de cartas. La langosta de la zona es muy apreciada y se vende a muy buen precio, principalmente en Reino Unido; mientras que la oficina de correos no para de recibir solicitudes de coleccionistas que quieren un sello por el cual están dispuestos a pagar un buen precio.
Las tierras son comunitarias y el único supermercado es controlado por el ayuntamiento
Para tratar de que sus habitantes tengan una vida mejor varias organizaciones han realizado una campaña solidaria con la que piensan construir casas eficientes energéticamente junto a otras mejoras. El desafío es realizar varias reformas en 2016, año en el cual la isla cumplirá, oficialmente, 200 años.
El origen
En 1506 el explorador portugués Tristão da Cunha pasaba por allí e intentó arribar a la isla pero los acantilados no lo dejaron. Pese a ello, el hombre decidió que llamaría a aquel lugar “Isla de Tristão da Cunha” poniéndole su sello y posesión. Con el paso de los años el nombre oficial de la isla es Tristán da Cunha. Pero no sería hasta 137 años después que finalmente alguien pisó la isla y en 1810 surgió el primer asentamiento permanente. En 1812 Reino Unido la anexa como parte de sus islas y la pone bajo las reglas y la autoridad de Sudáfrica.
Edimburgo de los Siete Mares es el nombre de la capital de la isla y recibió ese nombre después que en el año 1867 el duque de Edimburgo visitara el lugar. Muchos años después tuvieron que asignar a la población un código postal especial ya que por confusión las cartas iban a parar a Edimburgo, la capital de Escocia.
Datos sorprendentes
- Sólo hay 8 apellidos en toda la isla
- La tierra es comunitaria
- Crían animales pero la cantidad de vacas está estrictamente regulada para preservar los pastos.
- Todas las familias trabajan en la empresa pesquera
- El 50% de la población padece asma
- El sueldo promedio es de 225 libras mensuales
- Nadie que resida en otro lugar puede mudarse a la isla
- Se consume un litro de whisky a la semana por persona
- El inglés es el Idioma oficial
- Usan libra esterlina
- La temperatura promedio es de 15.1°C
- La electricidad es producida por generadores de gasolina y energía solar.
- Llega un barco cada dos meses y tarda una semana desde Sudáfrica.
Fotografías: Brian Gratwicke, NASA y Michael Clarke Stuff
¡Qué historia más curiosa! Y mi gran duda siempre que veo sitios tan remotos es…¿tienen Internet? :P
¡Buena historia!
Sí tienen pero la conexión no parece ser la mejor por velocidad. Incluso tienen una web (tristandc.com) aunque por lo que sé no viven muy conectados ;)
Me parece un artículo muy interesante y original. Enhorabuena.
La verdad es que la historia es basntane original, nunca se me habría ocurrido investigar algo así. Saludos!
Que buen lugar Tio! Soy Agustin! Saludos!
Muy interesante! Y aunque por la dificultad de su terreno y el transporte la hacen muy remota, geográficamente Rapa Nui es más remota al tener más de 3700 Km de Chile y alrededor de 3000 del pequeño archipiélago de Juan Fernández, si no me equivoco.
Saludos!
Rapa Nui es una isla interesante, desde luego, aunque A 415 km se encuentra la isla (también chilena isla) de Sala ;)
Gracias por traernos este conocimiento valioso sobre un lugar ignorado pero fascinante.
Saludos!
Muchísimas gracias a ti por leer, Marcos