Pasear por las calles de Montevideo en primavera es darte un golpe de aire cálido, brisa de un río gigante que se parece a un mar marrón y toparte con los uruguayos, uno de los pueblos más bonitos y amistosos que he conocido en mis viajes.
Pasear por las calles de Montevideo con alguien que conozca la ciudad es un lujo y si quien te ayuda a descubrirla aun no estando presente, es Eduardo Galeano, el paseo puede ser mágico.
Galeano nació en Montevideo y aunque sus últimos años los pasaba más en Buenos Aires, cuando volvía a su ciudad natal tenía rincones a los que le gustaba ir. Plazas por las que transitaba como uno más, rincones que le evocaban su juventud o cafés donde podía pasar horas. Sus recuerdos de la ciudad siempre fueron los mejores y coincido con ellos cuando decía que “en Montevideo se puede todavía respirar y caminar, dos lujos imposibles en las ciudades envenenadas y violentas del dia de hoy”.
Al recorrido que hemos creado en El Blog de Viajes podríamos llamarlo “La ruta de Galeano” porque el autor ha servido de inspiración para que recorramos estos lugares, aunque preferimos que sea un paseo junto a él donde nos explique cada uno de los sitios. Así que si estás pensando en qué ver en Montevideo aquí tienes una ruta diferente y muy interesante.
Café Brasilero
Las paredes en parte de madera, la puerta estrecha y alta en una mezcla de madera envejecida y vidrio o las sillas y mesas traídas del siglo pasado recuerdan a los cafés parisinos donde los parroquianos podían pasarse horas.
Galeano iba casi todos los días a este lugar. Tal vez por esa frecuencia en las visitas y por ser una personalidad muy querida es que fue nombrado socio vitalicio, le dieron el carné 0001 y él entre bromas decía que era el único.
“En los cafés de hoy en día entrás, tomás un café casi de pie y te vas. En los cafés rioplatenses podés entrar, sentarte y estar horas. La mayor parte de los cafés que han quedado ya no son los de madera donde se pueden quedar horas tomando un café o una cerveza. Los de ahora han sido invadidos por el plástico y el ruido y tienen estas maquinitas abominables”, decía recordando con cariño al café.
Dirección: Ituzaingó 1447
Web: cafebrasilero.com.uy
Plaza Matriz
El semanario Marcha, del que Galeano fue su jefe de redacción, estaba muy cerca de la Plaza Matriz, un sitio muy querido y utilizado por los locales donde el escritor iba a pasear un rato, a veces lo hacía solo y a veces Iba con Daniel Bachman, un periodista a quien recuerda con un “afiladísimo sentido del humor”.
No explicó nunca los motivos por los que iba a esa plaza, tal vez fuese porque estaba muy cerca de su oficina, tal vez porque es el corazón de Ciudad Vieja o porque en los momentos convulsos uruguayos salir a respirar aire fresco le venía bien.
No busquéis a Plaza Matriz como tal porque así sólo la llaman los locales a quienes no les gusta del todo el nombre de Plaza Constitución.
Dirección: Frente al Cabildo de Montevideo. Podéis ver el mapa aquí.
El Correo Central
El edificio del Correo Central de Uruguay es bonito, tiene un aspecto antiguo, de esas paredes detenidas en el tiempo y muebles de anticuario. Eso, combinado con las letras se habían convertido en un imán para nuestro guía a quien le gustaba ir a recoger las cartas no solamente para leerlas, sino para disfrutar del lugar.
Galeano tenía una casilla donde le dejaban las cartas pero reconocía que iba con mucho agrada porque las casillas eran “muy viejas, de bronce y lindísimas. Y yo veo todo aquello y es como un barrio, como una ciudad y dentro de las cajitas las casas y dentro de las casas las cartas y dentro las palabras. Siempre que voy me galopa el corazón porque no sé cuáles son las palabras que me esperan. A veces me quedo embobado pensando en las historias que se cruzan”.
Dirección: Buenos Aires 491
Web: correo.co.uy
Librería Linardi y Risso
Como muchos otros lugares en Montevideo la librería parece anclada en el tiempo con el aire encantador de los pueblos. No tiene las luces enceguecedoras ni los ruidos de las librerías modernas. En su entrada se puede ver una rueda de una carreta y sus paredes de madera oscura con un brillo que solo le da el tiempo.
El sitio es una parada casi obligatoria porque nos encontraremos con libros de Eduardo Galeano y porque fue allí donde él se formó como intelectual con debates intensos y profundos en los años 60. “Yo no hice más que dos años del colegio secundario”, decía y reforzaba que se había formado en estos entornos.
Dirección: Juan Carlos Gómez 1435
Web: linardiyrisso.com
El Estadio Centenario
Fue sede del primer mundial de fútbol en 1930 y era uno de los sitios preferidos de Galeano que como buen uruguayo disfrutaba del fútbol. Le gustaba el deporte y el estadio al que solía ir a ver a jugar a la selección rioplatense. Su pasión por el fútbol era tan grande que le dedicó el libro Fútbol a Sol y Sombra
“Siempre jugué muy bien, la verdad maravillosamente bien. Era el mejor de todos, pero sólo de noche mientras dormía. Durante el día, hay que reconocerlo, he sido el peor pata de palo que se ha visto en los campitos de mi país”, decía.

Dirección: Montevideo, 11400