“En Bratislava no hay nada. No pierdas tu tiempo yendo allí”, me dijeron para tratar de convencerme de que la capital de Eslovaquia no tenía los grandes atractivos de otras ciudades europeas. No era la primera vez que oía la misma opinión lo cual no hacía más que empujarme a que me metiera en un tren y pusiera rumbo a la ciudad desanconsejada. Viajar a Bratislava se me puso entre ceja y ceja.
Mientras los edificios en Viena brillaban y la mañana amenazaba con un calor intenso típico del fin de verano yo, desobedeciendo toda recomendación, me puse la mochila a la espalda, me metí en un tren y en menos de una hora recorrí los 60 kilómetros que separan Viena de Bratislava. Cuando salí del tren me di cuenta por qué me dijeron que no fuese.
En la estación te cobraban por ir al baño, aunque te daban un trocito de papel, los edificios parecían nuevos pero sin lujos, las esculturas no simulaban un oro brilloso ni las avenidas se mostraban anchas llenas de plantas y carruajes paseando turistas. En ese momento la frase “no vayas a Bratislava” me volvió a la cabeza.
No vayas a Bratislava si…
- Si lo que buscas es una capital llena de riquezas y lujos
- Si solo quieres ver sitios turísticos que quedan bien en una postal
- Si lo que quieres es ver atardeceres despampanantes para compartir tu foto con todo el mundo.
- Si no estás dispuesto a meterte en un sitio sin saber lo que encontrarás
- Si eres contrario a la idea de visitar un lugar por su gente más que por su arquitectura o su historia
- Si no estás a favor de vivir una experiencia diferente, poco turística tradicionalmente hablando.
- Si no tienes predisposición a ver lugares que aún están tratando de crecer.
La recomendación de no viajar a Bratislava venía de varias personas que habían pasado por sus calles y reconocían que no había mucho por hacer allí y en eso le doy la razón. Visitar Bratislava fue como dar un paseo por un barrio grande donde el entretenimiento de los turistas es entrar en tiendas de recuerdos turísticos repartidos alrededor de su calle principal.
Viajar desde Viena a Bratislava me costó 16 euros y no me arrepiento. He visto un sitio que me recordó que lo atractivo de un lugar, como de una persona, no está en la imagen sino en la diferencia, en la esencia y en el espíritu que transmite.
La belleza de las ciudades, como la de las personas, adopta formas extrañas y no todos pueden verla. Aquellos viajeros que no miran sólo lo típico podrán encontrarse con cosas que adquieren un espíritu diferente en esta ciudad. Hay atractivos y bellezas que sólo se viven allí.
Pero también hay motivos para ir…
- Bratislava tiene cafés y restaurantes preciosos donde se come muy bien.
- El Danubio parte la ciudad en dos y de noche nos puede abrazar con una mirada romántica.
- El castillo se ve imponente desde el puente.
- En medio de la calle te puedes encontrar un pintor que te explique por qué le gusta la ciudad.
- Los habitantes de la ciudad tienen mucho respeto y cariño por los visitantes.
- Perderte en sus barrios es entrar en una Europa profunda que no vemos siempre.
Viajar a Bratislava reforzó en mi la idea de que nos colgamos una mochila al hombro y recorremos kilómetros no solo para ver esculturas resplandecientes sino para ver una cultura diferente, para mezclarnos con locales, para estar en el sitio al que nos empujó la curiosidad y, sobre todo, para vivir.
Muy interesante lo que escribes, es cierto que cada lugar tiene su encanto, sobretodo por su cultura, la forma en que su gente lleva la vida y sus pecualiaridades, saludos!
La verdad es que sí, que viajar muchas veces es encontrar sitios con bellezas diferentes ;)
Hola Arol, voy a hacer un viaje por europa central el mes que viene y dudaba si visitar o no Bratislava, tengo que decir que después de leerte, me acabo de decidir a ir a conocer Bratislava definitivamente,gracias por compartir tus puntos de vista con los que coincido totalmente, saludos.
Hola Juan
No sabes cuánto me alegro de leer tu comentario. Creo fervientemente que el espíritu viajero se basa justamente en esas cosas, en descubrir los sitios por su autenticidad sin estar buscando lo precioso o lo instagrameable todo el tiempo.
Cuando vuelvas, por favor, me cuentas tu punto de vista?
Un fuerte abrazo
Arol
Hola, que agradable leer tu post. Esta semana irè de viaje a Praga y de allì tengo pensado ir a conocer Budapest y pasar un dìa en Bratislavia; yo tambièn encuentro muy interesante explorar lugares que usualmente no recomiendan.
Muchas gracias por tu aporte. Saludos
Hola Katherine
Me alegro mucho que te haya gustado. Creo que es el sentido de viajar,. si viajáramos solo donde nos dicen que hay que ir no descubriríamos nada nuevo.
Por favor, cuando regreses déjanos un comentario para saber cómo te ha ido y cuáles son tus impresiones.
Un saludo
Arol
Coincido plenamente Arol. A mi me gusta viajar por los destinos no típicamente turisticos y encontrar otra belleza, al mismo tiempo que trato de entender como funciona la ciudad y la vida en ella. Muy acertado análisis. Saludos Arol
Muchas gracias por el comentario Alejandro.
Es preocupante que este tipo de situaciones sucede en todos lados, cada vez en más entornos, no solo el turístico. La música que se te ofrece se basa en tus gustos, las películas, las rutas en los mapas, etc