Si alguna vez me preguntan cuál es para mi una de las zonas más bonitas de la ciudad de San Sebastián, en el País Vasco tendré que decir que, desde luego hay que subir al Monte Igueldo porque ofrece unas magníficas vistas al visitantes, porque se puede pasar un rato agradable en la subida y porque el aire fresco de mar que se respira es realmente relajante.
Tenía muchas ganas de viajar a San Sebastián porque nunca había estado y me habían hablado muy bien de él, aunque debo reconocer que no conocía casi nada sobre esta ciudad. Miri y yo fuimos acompañados de nuestros amigos César y Nuria quienes nos propusieron subir al monte para ver todo desde arriba y fue una decisión más que acertada.
Para llegar al Monte Igueldo se tienen varias opciones. Se puede ir en coche o a pie y el precio es de 2,10€; la subida no es complicada pero se recomienda ir con cuidado. También se puede optar por subir el monte en funicular por el cual se tiene que pagar 3,10€ para los adultos y 2,30€ para los niños y el viaje merece la pena. Nosotros escogimos el funicular porque es más entretenido y porque vas disfrutando las vistas poco a poco.
Una vez arriba lo mejor es subir hasta el Torreón construido en el siglo XVIII porque desde allí se obtienen las mejores vistas. Esta construcción conocida como La Farola fue abandonada en 1854 porque la habían reemplazado por un faro nuevo pero en 1912 les entró cierta nostalgia y decidieron revivirlo aunque con algunas mejoras como agregarle una nueva planta que sirve de mirador. El sitio cobró tal protagonismo que allí se expone a modo de museo la historia y vida de la ciudad y sus pobladores.
Pero ¿Qué hacer en el Monte Igueldo? Pues no sólo hay vistas desde arriba, sino que además de disfrutar del paisaje también hay un parque de atracciones para los más pequeños donde se encuentran desde el tradicional Tío Vivo hasta los coches chocadores pasando por camas elásticas, entre otras.
También se puede comer en el Monte Igueldo aunque las opciones no son muchas en el restaurante se puede saciar algo el hambre. Cuando nosotros llegamos habían cerrado la cocina y sólo tenían un par de bocatas así que tuvimos que buscar nuestros platos en otro sitio.
Si alguna vez vuelvo a visitar San Sebastián seguiré el consejo que doy a cualquiera: hay que subir al Monte Igueldo porque la ciudad es mucho más bonita si también se puede contemplar desde arriba.
Datos
Horario: De 11.30 a 19 en invierno y de 11.30 a 20.30 en verano
Precio Funicular: 3,10€ para adulto y 2,30€ para niño
Precio en coche: 2,10€
Juegos: desde 1 a 2,50€
Web: monteigueldo.es
¡Buena entrada!
Viendo la imagen de la isla en forma de la tortuga me he acordado de que estuve en ese precioso lugar, con 5 años. Bonito debe ser, si todavía me acuerdo de ello, ¿no?
Me encantan las vistas de San Sebastián desde el monte Igeldo!!! La verdad es que es obligado subir si se va a Donosti.
Saludos
Enhorabuena. Totalmente de acuerdo.
Jo, viendo San Sebastián desde Igueldo te enamora, se ve lo acojedora que es Donosti. Nosotros nos alojamos en el monte Igueldo, en un apartamento super chulo y así nos dimos un regalazo en el Akelarre, pedazo de comida! En nuestra vida habíamos disfrutado tanto en un restaurante. Y como nos alojábamos al ladito no nos cortamos con la impresionante degustación de vinos dulces que nos ofrecieron al final de la comida. Luego, pasados los efectos del vinito, tras una buena siesta, a disfrutar de Donosti. Está casi al lado del monte Igueldo.
Una vergüenza. Es la primera vez en mi vida que tengo que pagar despues de subir andando un monte para llegar y ver la cima y las vistas, ya que el precio de entrada no incluye nada. Una vergüenza.
Es una pena y de esa manera sí que cuesta disfrutar las vistas
Las vistas desde el monte Igueldo son preciosas y la verdad, merece la pena subir para relajarse un rato.
Es la primera vez en mi vida que veo que hay que pagar por subir andando. Recomiendo ir rn funicular que es más barato(1,70 el sencillo) contra 2, 20 el peaje de subir andando. A mí me parece que raya lo absurdo.
Lo que ha pagado usted no tiene nada que ver con el parque de atracciones. Resulta que desde hace más de un siglo hay una familia propietaria de un terreno atravesado por la carretera y tienen derecho, por increíble que parezca, a cobrar un peaje a todo el que pase sea a pie o en cualquier tipo de vehículo sin que hasta la fecha ningún institución ha sido capaz de expropiar esos metros abonando el justiprecio que corresponda a dicha familia.
Evidentemente por mucho que les hubieran indemnizado, en la situación que perdura se están forrando dado el atractivo turístico del Monte Igueldo.
Vaya timo pagar para el monte Igeldo. Ahí se quedan las vistas.