Tenerife tiene un montón de hoteles todo incluido en los que pasar las vacaciones. Siendo completamente sincera, siempre pensé que este tipo de viajes no eran para mí: mi estilo es mucho más mochilero y de comer un bocata sentada en cualquier banco de una plaza, mientras espero a que abra el museo o el monumento que quiero visitar dentro de mi complicado cronograma.
En los viajes,como en la vida, me va el rock and roll. Sin embargo, a pesar de mi natural tendencia a los viajes salvajes, soy de la opinión de que hay que probar las cosas antes de decir que algo no es para ti, así que con estos pensamientos en la cabeza, reservé cinco noches todo incluido en el cinco estrellas Iberostar Anthelia, situado en Costa Adeje.
Además de contarte mi experiencia y enseñarte algunas fotos de lo que hice durante mi estancia, me gustaría que este post cubriera algunos puntos básicos que yo misma me preguntaba antes de hacer la reserva:
- ¿Hay opciones veganas en los hoteles todo incluído?
- ¿Merece la pena pagar por un todo incluído?
- Y por último ¿me aburrí durante la estancia?
La habitación
Llegué al hotel un jueves por la tarde y después de hacer el check in, fui a mi habitación. Aunque la distribución no terminó de convencerme (el baño y la habitación estaban en la misma estancia, en lugar de en dos separadas, con los lavabos a la entrada de la habitación y el baño y la ducha en dos cubículos con puerta de cristal) la habitación tenía todo lo necesario para pasar cinco días fantásticos.
Al tener régimen de todo incluído, el minibar entraba también y tenía agua y cafetera nespresso a mi disposición.
También tenía zapatillas y albornoz, así como secador de pelo. Algo que me encantó fue la ausencia de amenities, que podías pedir a recepción si necesitabas, pero que han retirado de las habitaciones para reducir el consumo de plásticos de un solo uso. ¡Bravo!
Si estás pensando en cuál puede ser la mejor opción de hoteles en Tenerife, El Blog de Viajes te recomienda que busques con calma porque hay muchas alternativas. La mayoría de ellos son de muy buena calidad así que no te arrepentirás.
Una vegetariana en un todo incluido
El buffet del hotel está incluido para desayuno, comida y cena. Fue mi lugar preferido para comer, ya que había frutas y verduras frescas y bien preparadas en cada comida.
En la primera cena saludé a uno de los cocineros del hotel, Abdón, que muy amablemente me enseñó el buffet, mostrándome algunos platos que eran veganos.
También agradeció que le explicara mis preferencias, ya que dentro de lo posible, podría tenerlo en cuenta cuando se prepararan los menús. ¡Un diez para el equipo de cocina del buffet, que tan bien me alimentaron durante mi estancia!


Además del buffet y para evitar que te satures de tanta repetición comiendo todos los días en el mismo sitio, ya que aunque los platos varían el formato“buffet” puede cansar; el todo incluido te daba la opción de ir a comer al restaurante canario “Barbacoa”, con una carta más tradicional pero muy rica: probé las papas con mojo, el gazpacho, la ensalada, algunos postres… y la verdad es que estaba todo bien.
Evidentemente al ser un lugar con carta, las opciones son más limitadas, pero para dos o tres comidas diría que una persona vegana puede comer sin problemas.
Por último, al comprar un todo incluido el hotel me regaló dos cenas en los restaurantes de pago, que no se incluyen en ninguno de los regímenes del alojamiento: el italiano Portfofino y otro más de carnes y pescados llamado Poseidón.
En el italiano cené muy bien, había muchas alternativas vegetarianas y veganas y me encantó su cocina en general.
Sin embargo y desafortunadamente, en el restaurante Poseidón tuve la peor experiencia de mi estancia y siendo justos, la única mala. No recomendaría este restaurante a nadie y creo que prefiero mil veces cenar en el buffet libre, donde había incluso show cookings cada noche.
¿Son los hoteles con todo incluido aburridos?
El hotel contaba con varias piscinas, climatizadas, de agua salada y dulce al gusto de cada uno. Las zonas de aguas estaban equipadas con tumbonas y sombrillas; también te dejaban toallas para que utilizaras entre chapuzón y chapuzón.
Había un par de chiringuitos cercanos, donde podías ir a picotear algo entre horas (si es que tenías hambre): helados, bebidas, smoothies, bocadillos… todo dentro del régimen de todo incluido.
Además de las piscinas, había un spa, donde podías ir a relajarte y también a disfrutar de los increíbles masajes y otros tratamientos estéticos que había disponibles.


Si no fuera suficiente con las piscinas y la proximidad con la playa, a escasos diez minutos andando, el hotel cuenta con un equipo de animación que ofrece diferentes talleres y actividades durante todo el día. Desde clases de gimnasio a talleres de cocina o de belleza, todos los días me apunté a hacer algo y la verdad es que me lo pasé pipa.
El mismo equipo ofrecía shows artísticos durante las noches, con unas coreografías de lo más trabajadas; además de contar con cantantes y acróbatas profesionales que llevaban cada show a otro nivel.


Algunas tardes había sesión de piano bar que yo no me perdía por nada del mundo, y por supuesto también espectáculos diurnos alrededor de la piscina. Disfrutar de una clase de spinning al aire libre, viendo el Teide, se convirtió en uno de los mejores momentos del viaje… y también me estrené haciendo aquabike, pedaleando con las bicis dentro del agua.
Siendo una persona activa tirando a inquieta, uno de mis mayores miedos era si me iba a aburrir en el hotel… y la verdad es que la realidad resultó ser bien distinta, ya que tenía la agenda cargada de actividades y cosas que hacer continuamente.
Desde luego que no me aburrí y reconozco que podría habérmelo tomado más relajadamente pero como dicen en mi pueblo, la cabra tira al monte.
Relación calidad precio en un todo incluido
Esta parte del post es la más personal ya que la percepción del “valor” de las cosas es algo intrínseco de cada uno.
Para que te hagas una idea, cada noche en el hotel me costó aproximadamente unos 200 euros y siendo sincera, no necesité gastar dinero en nada más, ya que absolutamente todas mis necesidades estaban cubiertas.
Teniendo en cuenta la ubicación del hotel, la calidad de la comida, el número de actividades a las que asistí etc. creo que el coste sí está justificado, si bien son unas vacaciones caras, comparables a una semana en Nueva York por ejemplo.
Creo que si el propósito de tu escapada es ir a visitar las maravillas naturales que tiene la isla de Tenerife, bajar los barrancos de Masca, subir al Teide y darlo todo en Los Gigantes…. entonces quizá esta no sea la mejor opción disponible, ya que no vas a poder disfrutar al 100% de los placeres de que te mimen.
Mi opinión es que para descansar alrededor de cuatro o cinco días es una posibilidad que a mí no me importaría repetir.