Querido Miles
Te escribo ahora que estamos en paz, ahora que suena «So What» y nadie más que yo con un papel y unos sentimientos estamos en esta habitación, te escribo ahora que parece que la inspiración llega en forma de llovizna que entra por la ventana.
Tenía tantas ganas de escribirte hace tiempo. Creo que fue Julio quien me acercó a ti. Julio, Cortazar, te acuerdas? El mismo de El Perseguidor, el mismo que trajo a Charlie a sus líneas cuando nos contó la historia de Johnny Carter. Ese Julio, tal vez ahora lo conozcas y estéis admirando las mismas obras y defenestrando esa parte incomprendida del mundo. Yo no te conocí antes de Julio, la nada se asemejaba a tu existencia y sin embargo ahora estoy aquí, escribiendo para decirte que te admiro.
Tu entiendes muy bien la admiración, sabes por qué estás entre unos pocos en aquel pedestal donde el mundo te puso. Tu sabes que es la admiración porque sólo a ti se te ocurre escoger tu tumba al lado de tu inspiración, el gran Duke Ellington, aunque más tarde Lionel Hampton siguió tus pasos y ahora lo tienes muy cerca.. Sabes, siempre lo supiste, que cambiaste la música, que te tocaba las narices que todo sonara igual, que la revolución comenzó en tus dedos y terminó en nuestros oídos. Y fue eso lo que te hizo grande, ese desenfado frente a la pacatería y el acartonamiento lo que te llevó a crear obras maestras.
Julio me acercó a ti y tu me acercaste al jazz. Tal vez sin ti no me habría entusiasmado con John Coltrane, Duke Ellington, Charlie Parker, Dizzy Gillespie y hasta el gran Stan Getz. Tu, Miles, me abriste la cabeza a golpe de viento y eso no hay flores ni cartas que te lo puedan pagar, te lo retribuiría con un abrazo pero las circunstancias nos lo impide.
Sabes? Miri me está enseñando música ahora y algún día si me esfuerzo leeré las partituras tan rápido como ella y si trabajo un poco más podré tocar algo tuyo, nunca tocaré como tu, eso está claro, pero estoy orgulloso de tratar de hacer el esfuerzo, aunque debo reconocer que el gran esfuerzo es de ella y de su paciencia. La próxima vez, espero, escribirte para contarte que ‘round Midnight no me sale tan mal.
Espero que estés bien donde estés, que te dejen tocar y que te aplaudan tanto como te lo mereces.
Un abrazo
Arol