Se dice que Escocia es uno de los sitios donde se encuentra el mayor número de personas encantadoras por metro cuadrado.
Te van a hablar como si te conocieran de toda la vida. te preguntarán si necesitas algo si te ven perdido y, si entras un poco en confianza te van a invitar un trago.
Edimburgo es una ciudad amistosa, bonita y que recibe al viajero con una sonrisa. Aunque ahora no hay nadie a quien recibir y eso se nota en cada paso por la capital escocesa.
Aquí quisieron salir a aplaudir a las 8 pero no hay balcones, el frío no es el mejor amigo y a esa hora ya todo el mundo está cenado y con el pijama puesto.
¿Además aplaudir con los guantes puestos? Lo intentaron un día pero sonaba como aleteos de pingüino.

Pero un escocés es una persona expresiva, gritona a veces y que va al pub no solo para beber, sino para hablar… hablar de lo que sea.
Tal vez es esa cercanía, esa necesidad de contacto y ganas de expresarse a los gritos que llevó a algunos a no quedarse quieto y a querer expresar lo que sienten y lo que piensan en una ciudad vacía de turistas.
Las ganas de gritar
¿Y si no se pueden dar palmadas, qué se hace?
¿Cómo se dice algo en Edimburgo cuando no se grita en los pubs y no se abren las ventanas a las 8?
Las calles de Edimburgo, como las de todas las ciudades turísticas del mundo, se han vaciado.
Y en medio de ese silencio aparece el grito. Aparecen las ganas de decir cosas mezcladas con la ocurrencia de sus habitantes.

No hay turistas como tampoco los hay en otras ciudades, pero el espíritu alegre y gritón se mantiene.
Carteles y más carteles
Los habitantes de Edimburgo encontraron que pegar carteles en sus ventanas o, incluso, escribir el los muros, es la mejor manera de decir aquí estamos vivos, con ganas y manteniendo el espíritu alto.
Todo ello sin perder el humor. Aquí tienes algunos ejemplo de eso.
El llamado desde el «espacio»

¿Puedes oírme?
Si te quedaste sin papel…

– Cortinas
– Alfombra
– El gato del vecino
El mensaje político

Apocalipsis en pijama

Bonus track: En busca del papel perdido
Hace unos días unos vecinos muy solidarios y un tanto bromistas dejaron un rollo de papel higiénico para que lo usara quien quisiera.
Pero hubo alguien con una urgencia muy grande que no cogió solo un trocito, sino que se llevó el rollo. Así que comenzó la odisea de En Busca del Papel Perdido.

Última vez se lo vio en la calle Hamilton Place, responde al nombre de Andrex y es de color blanco.
Tiene un valor sentimental.
Daremos recompensa si se lo encuentra.

Si lo quieres ver de nuevo deja 50 galones de alcohol en gel debajo del puente de Dean mañana a las 10 de la noche.
Si no le quieres decir adiós a Andrex, no seas un héroe.

Alcohol en gel de manos por el regreso de Andrex.
La policía no está envuelta en esto.
Lo echamos de menos.